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Información para pacientes

Tos ferina

Esta información ha sido elaborada por el grupo de Educación para la Salud de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Pretende que los pacientes conozcan mejor sus enfermedades.

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¿En qué consiste la enfermedad?

La tos ferina o tos convulsiva es una infección de las vías respiratoria altas. Es una enfermedad bacteriana causada por la bacteria Bordetella pertussis, altamente contagiosa, que ocasiona una tos violenta e incontrolable que puede dificultar la respiración. A menudo se escucha un sonido "convulsivo" profundo cuando la persona trata de inspirar.

Es una enfermedad grave que puede afectar a personas de cualquier edad y causar discapacidad permanente en los bebés e incluso la muerte.

Cuando una persona infectada estornuda o tose, pequeñas gotitas que contienen la bacteria se mueven a través del aire. La enfermedad se propaga fácilmente de una persona a otra.

Los síntomas de la infección a menudo duran 6 semanas, pero pueden durar hasta 10 semanas.

¿Podría haberla evitado, y qué debo decir a familiares y amigos para que no la tengan?

Los síntomas iniciales son similares a los del resfriado común. En la mayoría de los casos, se presentan aproximadamente una semana después de la exposición a la bacteria.

Los episodios graves de tos comienzan alrededor de 10 a 12 días más tarde. En los bebés y niños pequeños, la tos a veces termina con un "estertor", sonido que se produce cuando la persona trata de tomar aire. Este estertor es raro en bebés menores de 6 meses de edad y en niños más grandes y adultos.

Los episodios de tos pueden llevar al vómito o a una breve pérdida del conocimiento. Siempre se debe pensar en la posibilidad de tos ferina cuando se presenta vómito con tos. En los bebés, los episodios de asfixia y de pausas largas en la respiración son comunes.

Otros síntomas de tos ferina incluyen: rinorrea, fiebre leve, 102ºF (38.9ºC) o más baja, diarrea

¿Qué debo hacer ahora para mejorarme?

Si aparecen alguna de sus molestias acudir al médico. El diagnóstico inicial con frecuencia se basa en los síntomas. Sin embargo, cuando los síntomas no son obvios, la tos ferina puede ser difícil de diagnosticar. En bebés muy pequeños, los síntomas en cambio pueden ser causados por neumonía.

Para estar seguro, el médico puede tomar una muestra del moco proveniente de las secreciones nasales. La muestra se envía al laboratorio, y se examina en búsqueda de tos ferina. Aunque esto puede ofrecer un diagnóstico preciso, el examen toma tiempo. La mayoría de las veces, el tratamiento se inicia antes de que los resultados estén listos.

Los antibióticos, como eritromicina, pueden hacer desaparecer los síntomas más rápidamente si se inician a tiempo. Desafortunadamente, la mayoría de las personas reciben el diagnóstico demasiado tarde cuando los antibióticos no son muy efectivos. Sin embargo, los medicamentos pueden ayudar a reducir la capacidad de la persona para diseminar la enfermedad a otros

Los bebés menores de 18 meses requieren constante supervisión, ya que la respiración puede detenerse temporalmente durante los ataques de tos. Los bebés con casos graves se deben hospitalizar. Se puede utilizar una tienda de oxígeno con bastante humedad.

De igual manera, se pueden administrar líquidos por vía intravenosa si los ataques de tos son tan graves que impiden que la persona beba lo suficiente.

A los niños pequeños se les pueden recetar sedantes (medicamentos que provocan sueño).

Los jarabes para la tos, los expectorantes y los antitusígenos con frecuencia no sirven. Estos medicamentos no se deben utilizar.

¿Cuál es el pronóstico?

En los niños mayores, el pronóstico con frecuencia es muy bueno. Los bebés tienen el mayor riesgo de muerte y requieren un control cuidadoso.

Las complicaciones pueden incluir: neumonía, convulsiones, hemorragia nasal, infecciones del oído, daño cerebral por falta de oxígeno, sangrado en el cerebro (hemorragia cerebral), discapacidad intelectual, detención de la respiración o respiración lenta (apnea).

La tos ferina es peligrosa para los menores de seis meses. Aunque estamos hablando de una infección grave, la gran mayoría de los pacientes con tos ferina se recuperan, aunque lentamente. Como hemos comentado, el tratamiento antibiótico y las medidas de soporte son fundamentales.

Posibles complicaciones asociadas a la infección por tos ferina son:

  • Bronconeumonía
  •  Otitis media (infección del oído medio)
  • Hemorragias cerebrales (por el esfuerzo continuo de la tos, que aumenta la presión dentro del cerebro). Pueden desembocar en retraso mental si el daño es severo, parálisis y otras neuropatías, hemorragias nasales, por la misma causa, hernia inguinal (debida al esfuerzo), prolapso rectal (salida de una parte de la mucosa rectal al exterior), apnea (detención en la respiración), convulsiones (principalmente en bebés), daño cerebral por hipoxia (disminución del aporte de oxígeno al cerebro) y muerte.

No obstante, el hecho de sufrir la infección por tos ferina no significa que el paciente vaya a verse afectado por alguna de estas complicaciones.

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