Información para pacientes
Neumonía
Esta información ha sido elaborada por el grupo de Educación para la Salud de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Pretende que los pacientes conozcan mejor sus enfermedades.
1. ¿En qué consiste la enfermedad?
La neumonía o pulmonía es una enfermedad del aparato respiratorio que consiste en la inflamación de los espacios alveolares de los pulmones. Muchas veces es de causa infecciosa, pero no siempre es así. La neumonía puede afectar a un lóbulo pulmonar completo (neumonía lobular), a un segmento de lóbulo, a los alvéolos próximos a los bronquios (bronconeumonía) o al tejido intersticial (neumonía intersticial). La neumonía hace que el tejido que forma los pulmones se vea enrojecido, hinchado y se vuelva doloroso. Muchos pacientes con neumonía son tratados por médicos de cabecera y no ingresan en los hospitales. La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) o neumonía extrahospitalaria es la que se adquiere fuera de los hospitales, mientras que la neumonía nosocomial (NN) es la que se adquiere durante la estancia hospitalaria, una vez transcurridas las 48 horas o dos semanas después de recibir el alta.
2. ¿Qué podría haber hecho para evitarla o debo decir a familiares y amigos para que no la padezcan?
La neumonía puede ser una enfermedad grave si no se detecta a tiempo, especialmente entre personas de edad avanzada y entre, en particular, los pacientes de sida.
Puede ser altamente contagiosa, ya que los microorganismos causantes de dicha enfermedad se diseminas rápidamente en el aire, y pueden propagarse por medio de estornudos, tos y mucosidad; la neumonía puede estar causada por múltiples bacterias como neumococo, estreptococo o clamidia; otras por muy distintos virus, o por hongos como el Pneumocystis jiroveci, o la cándida.
Neumonías infecciosas
- Neumonía bacteriana
- Neumonía vírica
- Neumonía por hongos
- Neumonía por parásitos
- Neumonía atípica
- Neumonía adquirida en la comunidad
- Neumonía asociada a ventilación mecánica
- Síndrome agudo respiratorio
Neumonías causadas por agentes infecciosos o no infecciosos
- Neumonía aspirativa
- Neumonía lipoidea
- Neumonía eosinófila
- Bronquiolitis obliterante con neumonía organizativa
Neumonías no infecciosas
- Neumonía química
Los enfermos de neumonía infecciosa a menudo presentan una tos que produce un esputo (flema) de color marrón o verde y una fiebre alta que puede ir acompañada de escalofríos febriles. La disnea es el signo temprano más específico y sensible. El dolor torácico pleurítico también es común, éste es un dolor agudo o punzante que aparece o empeora cuando se respira hondo. Los enfermos de neumonía pueden toser sangre, sufrir dolores de cabeza o presentar una piel sudorosa y húmeda. Otros síntomas posibles son falta de apetito, cansancio, color azulado de los labios, la llamada cianosis, náuseas, vómitos y dolores articulares o musculares. Y es más raro que cursen con dolores abdominales o diarrea, pérdida de peso o sudores nocturnos, en las personas mayores, la manifestación de la neumonía pueden desarrollar confusión
3. ¿Y ahora qué debo hacer para mejorarme?
Los síntomas de la neumonía requieren una evaluación médica inmediata. La exploración física por parte de un asistente sanitario puede revelar fiebre o a veces una temperatura corporal baja, una velocidad de respiración elevada (taquipnea), una presión sanguínea baja (hipotensión), un ritmo cardíaco elevado (taquicardia), o una baja saturación de oxígeno (SatO2), que es la cantidad de oxígeno en la hemoglobina bien revelada por pulsioximetría o por gasometría arterial (GASA). Los enfermos que tienen dificultades para respirar (disnea), están confundidos o presentan cianosis (piel azulada) necesitan de atención inmediata.
La exploración física de los pulmones puede ser normal, pero el médico puede detectar alteraciones, y aunque estos signos son relevantes, resultan insuficientes para diagnosticar o descartar una neumonía; en ese caso pedirá una radiografía del tórax para ver alteraciones el pulmón. Menos frecuente es que necesite un tac.
La mayoría de los casos de neumonía puede ser tratada sin hospitalización. Normalmente, los antibióticos orales, reposo, líquidos, y cuidados en el hogar son suficientes para completar la resolución. Sin embargo, las personas con neumonía que están teniendo dificultad para respirar, las personas con otros problemas médicos, y las personas mayores pueden necesitar un tratamiento más avanzado. Si los síntomas empeoran, la neumonía no mejora con tratamiento en el hogar, o se producen complicaciones, la persona a menudo tiene que ser hospitalizada.
Los antibióticos se utilizan para tratar la neumonía bacteriana. En contraste, los antibióticos no son útiles para la neumonía viral, aunque a veces se utilizan para tratar o prevenir las infecciones bacterianas que pueden ocurrir en los pulmones dañados por una neumonía viral
Las personas que tienen dificultad para respirar debido a la neumonía puede requerir oxígeno extra. Los extremadamente enfermos pueden requerir de cuidados intensivos de tratamiento, a menudo incluyendo intubación y ventilación artificial.
4. ¿Cuál es su pronóstico?
La mayor parte de las ocasiones, su diagnóstico permite un tratamiento eficaz pues disponemos de muchos fármacos que le son útiles, y pueden resolverse sin dejar lesiones.