REVISTA DE PRENSA
Los hospitalizados por COVID-19 y con inmunosupresión tienen más riesgo de evolución grave, complicaciones y mortalidad
Una nueva investigación retrospectiva del Registro SEMI-COVID-19 de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) que analiza datos de 13.206 pacientes, recogidos durante la primera ola de COVID-19 concluye que los pacientes con inmunosupresión ─trasplantados de órgano sólido, con distintos tipos de neoplasias (cáncer) o bajo tratamiento crónico con diversos fármacos inmunosupresores─ que han sido hospitalizados por COVID-19 presentan mayor riesgo de muerte y de complicaciones graves que los hospitalizados por infección por SARS-CoV-2 sin inmunosupresión.
Es la principal conclusión del estudio, liderado por las doctoras Isabel Perales Fraile e Inés Suárez García, médicas internistas de la SEMI, y cuyos resultados publica PLOS ONE en el artículo “In-hospital mortality among immunosuppressed patients with COVID-19: analysis from a national cohort in Spain”. En él se describen y analizan, de forma comparativa, las características clínicas y el pronóstico de una amplia cohorte de pacientes españoles hospitalizados por COVID-19, con y sin inmunosupresión. Se trata de la serie más grande publicada hasta el momento de pacientes con cáncer, trasplantados e inmunosuprimidos ingresados por COVID-19.
Los pacientes se clasificaron como inmunodeprimidos si habían recibido trasplante de órgano sólido, si tenían neoplasia maligna activa (con o sin metástasis), neoplasia hematológica activa (linfoma o leucemia), o si estaban bajo tratamiento inmunosupresor de forma crónica antes del ingreso.
Un total de 2.111 pacientes (16%) de los 13.206 pacientes incluidos presentaban inmunosupresión. 166 eran trasplantados de órganos sólidos, 1.081tenían cáncer de órgano sólido, 332 neoplasia hematológica -leucemia o linfoma-, 570 recibían esteroides sistémicos, 183 fármacos biológicos y 394 inmunosupresores.
Los pacientes con inmunosupresión tenían mayor edad, mayor frecuencia de hábito tabáquico, mayor presencia de enfermedades crónicas (hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, diabetes mellitus, enfermedad hepática o renal) y mayor comorbilidad medida por el índice de Charlson.
La tasa mortalidad de pacientes hospitalizados por COVID-19 en el estudio fue muy alta, tanto entre inmunodeprimidos como no inmunodeprimidos (31.3% y 19.3%, respectivamente); lo que refleja la situación sanitaria y la edad avanzada de los pacientes ingresados por COVID-19 en la primavera de 2020 en España. La tasa de mortalidad, frecuencia de complicaciones y duración de la estancia hospitalaria siguió siendo significativamente mayor entre los inmunodeprimidos tras el ajuste por los factores de riesgo asociados a COVID-19 grave.
Entre las complicaciones intrahospitalarias analizadas, los pacientes con inmunosupresión tenían mayor probabilidad de desarrollar neumonía bacteriana, síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA), insuficiencia cardiaca, miocarditis, tromboembolismo venoso y fallo multiorgánico.
En conclusión, los pacientes inmunodeprimidos tanto por trasplante de órgano sólido, cáncer o por estar bajo tratamiento inmunosupresor crónico, tienen un riesgo mayor de muerte y complicaciones una vez hospitalizados por COVID-19, que los pacientes no inmunodeprimidos.
Los investigadores concluyen que estos pacientes constituyen una población vulnerable frente a la COVID-19 grave y aconsejan que sean monitorizados de forma estrecha.