REVISTA DE PRENSA
Congreso Nacional SEMI 2018: Prebióticos, probióticos y trasplante fecal, a debate en la actualización sobre microbioma del Congreso de la SEMI
- La composición de la microbiota, formada por billones de bacterias, es diferente en pacientes con obesidad, VIH, VHC o esclerosis múltiple, por lo que los expertos plantean actuar sobre ella para lograr el equilibrio perdido
- Las alteraciones en la microbiota intestinal aumentan el riesgo de mortalidad en insuficiencia cardíaca
- Las actuaciones basadas en la manipulación de la microbiota se harán rutinarias en muchas patologías crónicas
- La Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) celebra una actualización dentro de su Congreso Nacional en Burgos para analizar las últimas novedades en este campo
Burgos, 23 de noviembre de 2018. La microbiota intestinal está adquiriendo en los últimos años una gran importancia en el estudio de las causas de numerosas patologías. También en relación con este asunto, “estamos en la época del big data y queda mucho trabajo por hacer”, explica el Dr. José Antonio Oteo, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario San Pedro de la Rioja.
Con el objetivo de analizar las novedades más recientes publicadas sobre este tema, la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), organiza en el marco de su XXXIX Congreso Nacional, que se celebra entre los días 21 y 23 de noviembre en Burgos, una actualización sobre microbiota y su relación con diversas patologías, como la insuficiencia cardíaca y las enfermedades infecciosas, en las que diferentes expertos en la materia debatirán y abordarán estas cuestiones.
La composición de la microbiota intestinal da información sobre el microbioma. Estudios recientes han demostrado la relación entre las alteraciones de este conjunto de bacterias y un número cada vez mayor de patologías. El Dr. Oteo indica que “esta microbiota juega un papel muy importante en el mantenimiento del equilibrio/salud”.
De hecho, “sabemos que la composición de la microbiota es diferente en pacientes con obesidad, infección por VIH, VHB, VHC, esclerosis múltiple… y la hipótesis de actuar sobre esta microbiota para lograr el equilibrio perdido es muy interesante”, afirma.
Para ello, los expertos reunidos en el Congreso de la SEMI tratarán algunas de las opciones que se han contemplado en los últimos años, como el trasplante de heces. “Deberíamos conocer el impacto de los fármacos de uso común sobre la microbiota”, señala el Dr. Oteo. “Además, se debería hacer un esfuerzo y conocer cuál es el papel que juegan los prebióticos, probióticos y, por qué no, en un momento dado, el trasplante fecal”, subraya.
De cara a un futuro no muy lejano es posible que surjan biomarcadores de riesgo fiables sobre la microbiota humana y que pase a formar parte de las exploraciones médicas, ayudando en el asesoramiento dietético, los planes terapéuticos, la selección de regímenes farmacéuticos y antibióticos adecuados, y facilitando las valoraciones del riesgo en trastornos crónicos. “Las actuaciones basadas en la manipulación de la microbiota se harán rutinarias en muchas patologías crónicas y es previsible que la generación de conocimientos sobre probióticos y farmabióticos se adquieran por métodos más basados en la evidencia, y se consigan microorganismos, que proporcionen profilaxis y tratamientos eficaces para diferentes trastornos”, asegura el Dr. Pablo Bachiller, adjunto del Servicio de Medicina Interna y responsable de la Consulta de Enfermedades Infecciosas – Medicina Interna, del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid.
A lo que añade que “podemos incluso preguntarnos, si se llegará a que todos los recién nacidos (especialmente prematuros y nacidos por cesárea) sean colonizados de modo controlado, a fin de garantizar la diversidad”, comenta el Dr. Pablo Bachiller.
Microbioma e insuficiencia cardiaca
En el Congreso Nacional de la SEMI también se va a abordar el vínculo de la microbiota con la insuficiencia cardíaca.
La Dra. Dulcenombre Gómez-Garre, del laboratorio de Biología Vascular del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, explica que la insuficiencia cardíaca provoca alteraciones en la microbiota y, a su vez, estas alteraciones agravan la enfermedad. “En pacientes con insuficiencia cardíaca, el corazón no es capaz de bombear suficiente sangre a los tejidos, entre los que se encuentra el intestino, lo que ocasiona una alteración de la barrera intestinal”. Esto hace que “los millones de bacterias que conviven en el intestino puedan atravesarla, llegando a la circulación sanguínea, en donde generan un grado de inflamación que agrava la insuficiencia cardíaca”, señala.
En la actualidad, existe un estudio multicéntrico realizado entre grupos pertenecientes al CIBER de Investigación en Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) en el que se va estudiar la relación entre la microbiota intestinal y la insuficiencia cardiaca. “El potencial de este estudio es que se van a estudiar otras muchas variables, por lo que vamos a poder investigar el papel de la microbiota intestinal en un contexto global. De hecho, las principales novedades que se están produciendo en este sentido están relacionadas con la metodología para la cuantificación de la microbiota, ya que la aparición de las técnicas de secuenciación masiva (conocidas como NGS, del inglés Next Generation Sequencing) ha facilitado mucho su estudio pero todavía presenta algunas limitaciones, principalmente la interpretación de la gran cantidad de datos que se generan, lo cual hace que su incorporación a la práctica clínica sea lento”, expone la Dra. Dulcenombre Gómez-Garre.
La insuficiencia cardíaca es sólo una de las enfermedades influidas por las alteraciones de la microbiota. El Dr. Oteo señala que estas alteraciones, “si no se reparan por los denominados mecanismos de resiliencia, puede dar lugar a disbiosis”, que a su vez, “se ha asociado con un creciente número de procesos patológicos que van desde la caries dental al cáncer”. Por otro lado, ciertas infecciones, como el VIH y el VHC “alteran la composición de la microbiota a nivel intestinal, propiciando la translocación bacteriana y la puesta en marcha de cascadas inflamatorias que parecen ser responsables del aumento del riesgo vascular que presentan estos pacientes”.
Por todo ello, actualizaciones como la del Congreso de la SEMI son especialmente necesarias. En relación a la microbiota, “en muchos casos, desconocemos si ‘fue primero el huevo o la gallina’ y hay que seguir generando datos”, concluye el Dr. Oteo.